Amantes


Nada que resolver. Ahora.
No dejo de pensar en el hermoso nombre que portas en la declaración de mis ojos, la flor inmaterial que ayudé a procrear desde la húmeda sensación de amarse, muda, enceguecida, enfurecida en el deseo abierto y ruborizado del vigor de tu cuerpo, la cosecha más adultera, la fricción más profusa, desatada, la ansiosa profundidad de las miradas que besan de pasión viva el abrazo que nos une en el secreto, en el amor, en la sincera raíz de la tristeza que empaña esta historia de amantes.