Sentidos



Vista
Flotan los pasos al caminar, la elegancia escrita en el vaivén de las caderas. Piernas deseadas acaban suspirando en la cintura. Se dibuja el pecado de los labios y una mirada que conduce a la perdición. Cada instantánea es un paso más hacia la lujuria, hacia la pasión.

Oído
Los tacones coquetean con la madera pulida que da calidez al hogar. Un susurro abre las hostilidades, la cremallera de la falda rompe el silencio antes de que el primer gemido pueda llegar. La respiración se acelera, las palabras obscenas inundan el lugar.

Tacto
Queda la piel descubierta, recorrida con esmero en cada rincón. Se arquea la espalda, rozan las sábanas; se pierden las manos entre los muslos, aparecen tras la nuca acariciando el cuello y mesando los cabellos. Toman la garganta para pegar un pecho a otro pecho, se enredan las piernas, se eriza el vello.

Olfato
Cubre los cuerpos el dulce aroma del almizcle. Zigzaguean gotas de sudor hasta el ombligo. Se convierte la alcoba en sinfonía de velas perfumadas y perfume de mujer. Se adivina el olor del deseo, que irremediablemente escapa de la piel.

Gusto
Una boca en mi boca, labios desbordando a ratos carnosa ternura, a ratos furiosa pasión. Lengua jugosa saborea humedades sin final, escondida entre las caderas, preparada para dejarse profanar. Unidos los cuerpos en danza acompasada, saben mis labios a sexo femenino, a tono afrutado de carmín.